EL CADUCEO DE LOS MEDICOS MERCURIALES
El Caduceo se
define como un símbolo integrado por una vara delgada rodeada por una o dos
serpientes y adornado, en ocasiones, con dos alas en el extremo superior; es el
emblema de Mercurio, de Hermes, de Apolo y de Esculapio y se identifica como “Emblema
Universal de la Medicina”. Sin
embargo, la vinculación del Caduceo a la medicina es de origen griego.
El Caduceo ha
evolucionado a un símbolo fijo, emblema científico de valor universal, que
polariza las propiedades de la realidad del hombre, y expresa la relación
dialéctica de la vida y la muerte, la salud y la enfermedad. Sin embargo,
cotidianamente encontramos la sustitución del Caduceo de Esculapio por el de
Hermes como emblema de la profesión médica,
la asociación de la bioética y la necesidad de retornar a los valores de
la ética hipocrática que se contrapone a la de la ética utilitarista y
mercantilista de fin de siglo.
La existencia de un
doble simbolismo que converge en la práctica médica contemporánea pudiera estar
asociada a tendencias inconscientes que pueden o no favorecer el actuar ético
del médico.
En el nuevo
sistema que se genera a partir de los esquemas del neoliberalismo, el
Caduceo de Hermes, (que es el emblema de comerciantes y mercaderes), implica la
significación de una medicina como negocio, en que los pacientes son “clientes”
que “compran” atención médica y los médicos utilizan mercadotecnia avanzada
para promocionarse, “vendiendo” tratamientos a los consumidores de salud.
Hermes, era
conocido en Egipto como el Dios de Cabeza de Ibis (Thot) simbolizando el ave el
principio de trascendencia y poder. En Grecia era representado como falo con serpientes entrelazadas (en acto de unión
sexual), que penetra en el mundo desconocido buscando un mensaje de liberación,
curación y vida.
El análisis histórico del Caduceo ha puesto de
manifiesto que su representación precisa es el báculo con una serpiente. La
historia del Caduceo es la historia de la angustia y la esperanza en la salud,
la vida y la muerte del ser humano.
Así, Hermes
recuperó atributos de la vida del ave Ibis, la cual agregó a su naturaleza
tectónica de serpiente adquiriendo su cayado alas por encima de las serpientes
convirtiéndose de esta manera en Caduceo o bastón alado de Mercurio “el hombre
volador” con sombrero y sandalias con alas, que del mundo inferior, pasa por la
realidad terrenal donde alcanza la dimensiones sobrehumana con su vuelo alado a la morada de
los dioses.
Por otra parte, Esculapio era hijo de la luz, de la
razón, de la vida; pero también es una deidad tectónica, que proviene del inframundo,
en suma, de la muerte; situándose la medicina entre la vida y la muerte, y de
ahí la necesidad de su resolución por la vía de la ética.
El simbolismo
de los logotipos es, pues más importante de lo que parece a primera vista, ya que la adulación a Hermes no se limita al
uso del Caduceo, sino que matiza el lienzo ético de la práctica médica.
Un control efectivo de esta práctica sólo puede venir
desde dentro de la profesión: tal vez a través de un regreso al “culto” de Hipócrates
(cuya ética médica no ha sido mejorada en un período de más de 2,000 años), que
todavía mantiene un precario asidero en el mundo médico.
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