De los 25 árbitros que desempeñan un papel clave en el
Mundial Brasil 2014, uno de ellos es cristiano.
Muy espiritual es el perfil del mexicano Marco Rodríguez,
encargado de dirigir el martes la victoria 2-1 de Bélgica sobre Argelia. Tras
abandonar su trabajo como profesor de educación física, se convirtió en
predicador protestante en un templo a las afueras de la capital azteca.
Rodríguez ha sido catalogado como un árbitro polémico con
más de media docena de finales de liga pitadas en su país, al que llaman con el
desgastado apodo del ‘Chiquidrácula’. Sus facciones afiladas, el pelo peinado
para atrás y de dientes grandes le han ganado desde hace años este sobrenombre
por su parecido con el personaje de un Drácula infantil que interpretaba el
comediante mexicano Carlos Espejel.
Espejel se hizo famoso en la televisión de los años 80’s
como el ‘Chiquidrácula’ y este sobrenombre alcanzó a Rodríguez a su llegada al
arbitraje como una forma de hacerle pagar con la broma su aplicación a raja
tabla del reglamento durante los partidos.
Aunque no compró la bronca del apodo, el árbitro siempre que
puede precisar a quien le escuche que prefiere ser llamado ‘Chiquimarco’ porque
un pastor cristiano como el no desea tener relación con personajes demoníacos.
Controla el reglamento
Actualmente, Rodríguez divide su tiempo entre el arbitraje
mexicano y como pastor de una iglesia cristiana en la zona metropolitana de la
capital mexicana.
Conocido como un árbitro que exagera con las tarjetas
amarillas, este árbitro mexicano no suele perdonar la roja cuando él lo
considera necesario por lo cual los jugadores se toman las cosas con mucha
tranquilidad cuando el controla el reglamento.
En su larga trayectoria de más de 13 años en el arbitraje ha
participado en el Mundial de Alemania 2006, además de haber silbado ocho
finales de torneo mexicano, y tener partidos de Copa América y de Copa
Libertadores.
Ejerce ambas actividades pero tiene algo claro: “Procuro
estar en la iglesia el mayor tiempo que puedo. Cuando no estoy en mi profesión
de árbitro, me encuentro en el templo”.
“En cada partido pido a Dios que pueda hacer justicia dentro
de la cancha”, resalta Rodríguez quien tiene como meta abrir más iglesias para
expandir el evangelio de Jesús.
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